El proceso de «Branding» en la empresa

El proceso de Branding, —o de desarrollo de marca personal—, es la estrategia que usamos desde nuestra organización para definir, diferenciar y sobre todo comunicar al exterior cuál es nuestra perspectiva, cuáles son los valores que queremos transmitir: nuestro leitmotiv. Ésta es la evolución natural y lógica del proceso de creación de la identidad corporativa de las empresas, dentro de un nuevo mercado más globalizado con nuevas formas de comunicación y de ventas.

Para entender la fuerza de la marca de una manera más ágil y sencilla, lo que podemos hacer es pensar en un producto (alimentos, bebidas, productos de limpieza), cuyo spot o «cuña publicitaria» recordemos a pesar de ser de hace bastantes años. Enseguida este ejercicio de memoria nos evocará su marca, su logotipo, sus anuncios, e incluso traerá a nuestra mente recuerdos de experiencias que hayamos tenido con sus productos.

¿Qué Ventajas nos Aporta la Estrategia de Branding?

Contar con una estrategia de branding sólida y correctamente ejecutada, la cual represente los atributos singulares de la organización, contribuye con diversos beneficios perceptibles. Nuestra marca, transmite los valores de nuestra compañía, capta nuevos clientes y concibe un valor añadido de gran potencia comunicativa, la cual supera incluso al propio valor tangible de los productos o servicios que ofrecemos al mercado. De la misma forma, la estrategia de marca nos ayuda a diferenciarnos dentro de nuestro sector y, especialmente, de la competencia; perfilando nuestra propia definición e incidiendo en nuestros atributos más fuertes.

¿En Qué Consiste la Estrategia DDC?

Desarrollar una estrategia de branding productiva significa poner en marcha el protocolo de tres pasos esenciales conocidos como DDC: Definir, Diferenciar y Comunicar.

1

Definir

Definimos la imagen de nuestro negocio para que sea similar a la que hemos ideado. Deberemos responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Sabemos qué es lo que queremos?
  • ¿Conocemos cómo poder alcanzar los objetivos?
  • ¿Qué imagen tenemos de nosotros mismos?
  • ¿Cómo nos perciben desde fuera?
  • ¿Estamos dispuestos a realizar cambios?

2

Diferenciar

Diferenciamos nuestra marca, nuestros servicios y productos del que ofrecen el resto de competidores dentro del mercado. Nos ayudará plantearnos los siguiente cuestiones:

  • ¿Quiénes son nuestra competencia más directa?
  • ¿En qué nos diferenciamos de ella?
  • ¿Cuál es nuestro valor añadido de mercado?
  • ¿En qué puntos son mejores la competencia que nosotros?
  • ¿Cómo podemos atenuar esas desventajas?

3

Comunicar

Comunicar es quizá el paso más importante, puesto que de nada sirve que contemos con una buena marca si no somos capaces de transmitir los valores de la misma. En este último paso tendremos que plantearnos algunas de los siguientes interrogantes:

  • ¿Quiénes conforman nuestro público objetivo?
  • ¿Quién es nuestro buyer persona?
  • ¿Cuáles son los medios más acertados para transmitir nuestra misiva?
  • ¿Cómo es nuestra presencia digital? ¿Y nuestra estrategia digital?
  • ¿Cómo gestionaremos el feedback con clientes, proveedores y stakeholders?

Esta batería de preguntas, —así como aquellas otras concretas sobre nuestra propia organización—, nos guiarán en la elaboración de nuestra estrategia de branding, de una forma correcta siguiendo el protocolo DCC.

¿Por Qué Externalizar el Proceso de Branding?

Algo que ha quedado claro de forma evidente, es que en la realización de la estrategia de marca de nuestra empresa toma especial relevancia no sólo el qué sino el cómo se ha desarrollado, tomando gran importancia las formas y los detalles. Es por ello que es esencial que esta labor sea desarrollada por profesionales expertos en la materia; siendo en este caso el outsourcing, —es decir, la externalización—, una óptima opción para implantar la estrategia de branding en nuestra empresa.

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